domingo, 13 de mayo de 2012

Filosofía En El Metro



 Hace poco me pasó una de estas cosas extrañas que te ocurren en sitios extraños con personajes extraños.

Yo volvía de estudiar y perdí el metro, y tuve la mala suerte de esperar 7 minutos. Aproveché este tiempo para repasar filosofía, estudiando en voz alta. Pasó un señor que tenía alrededor de unos 50 años e hizo un ruido extraño con la boca. Ante esto yo me sorprendí y pensé que sería un loco.

Pero me ocurrió algo que no me esperaba, me volvía a sumergir  en el estudio cuando de repente una voz me asalto con: ¿Qué estudias?

Vi delante de mí a ese señor que me había  parecido un loco. Le respondí que filosofía. Me preguntó que si estudiaba autores y yo le explique que no que eso se estudiaba en segundo, que en primero estudiábamos cosas como: que es la filosofía, si es una ciencia, si es útil, la inmaterialidad del hombre,... etc.

Se interesó en preguntarme si para mí era útil o no la filosofía, yo como lo había estudiado, no tuve problema en responderle. Le dije que era valiosa y no útil, ya que no te sirve para resolver ningún problema, e incluso crea más de los que soluciona. Y después le dije que tenía una parte útil que era la ética.

Después él soltó un par de comentarios sobre el tema y quedó conforme con lo que le había explicado. Para mi sorpresa era un señor que le apasionaba enormemente la filosofía y me animó a acompañarle los viernes al ateneo donde Agustín García Calvo impartía unas clases sobre filosofía, según él era el mejor filósofo español.
Todo esto en 7 minutos, del metro. Llegó el metro y se despidió.

 Me dejó con ganas de seguir charlando porque yo estaba ya un poco entusiasmado con el tema de conversación. Llegué a casa y busqué el nombre del filósofo y sus clases. Me llevé la sorpresa de que realmente existía.

De esto, saco la conclusión de no juzgar a la gente por tu primera impresión, y que cuesta diferenciar entre filósofos y locos. 

Pablo O.

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