Me he dado cuenta de que el hombre es un ser que está muy acostumbrado a que las cosas le salgan tal y como las planea. Un ejemplo: tienes pensado llegar a un sitio a una hora pero hay un imprevisto como un atasco, y esto te hace llegar tarde. Pienso que el punto de vista con el que enfocaste el problema está mal, ya que solo te llevará a enfadarte cuando las cosas no te salgan (que suelen ser muchas veces).
¿Quién no ha perdido un metro o un bus , y a tenido que esperar bastante tiempo?. En cambio si cogemos el metro nada más llegar, no pensamos: que suerte he tenido.
Yo cuando planeo algo, en vez de pensar que las cosas suelen salir así o asá, presento dos puntos de vista que pueden pasar por igual: que ocurra lo que has planeado o que no ocurra.
Así nos llevaremos menos decepciones en el día a día.
Pablo O.
Pablo O.
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