Todo el mundo
sabe que el hombre es un ser racional, que no se deja llevar por los instintos,
es decir que es dueño de sí mismo y que tiene una parte inmaterial que le
permite decidir sobre sus instintos. También solemos decir que tiene libertad y
que esto le diferencia del resto de las especies. Es decir el ser humano hace
lo que quiere, porque quiere, donde quiere y a quien quiere.
Si preguntara
quien esta de acuerdo con esto, no solo vosotros diríais que es verdad, también
lo dirían importantes humanistas, antropólogos y algunos filósofos.
Pero todo esto
que decimos y en lo que creemos se rompe cuando soltamos la frase: A que no
hay....
Esta frase
demuestra que el hombre no es un ser racional, que se deja llevar por los
instintos, es decir que no es dueño de
sí mismo y que no tiene una parte inmaterial que le permite decidir sobre sus
instintos; y por supuesto que no hay
libertad que valga cuando dicen esta frase. Es decir el ser humano no
hace lo que quiere, porque quiere, donde quiere, y a quien quiere.
Esta frase como
vemos destruye a lo que conocíamos como ser humano. Demuestra que el hombre
esta predeterminado a partir de decir esa frase.
Otra vez me
impresiona, quien si no, el ser humano. Que a medida que voy reflexionando, veo
que es un ser complejo y enrevesado.
Me parece
paradójico, y a la vez gracioso, ver como estudiantes y personas, que muchos de
ellos se consideran doctos, se aprenden, repiten y estudian como se puede
llegar a la conclusión de la inmaterialidad del hombre. Pero en cuanto sueltas
esta frase, ves que ellos actúan como si todas estas cosas no existieran.
Esto me lleva al
planteamiento: ¿es que no se creen lo que estudian?, ¿no lo han interiorizado?,
¿o ven que para este tipo de situaciones se puede hacer una excepción?
Me gustaría ver
a Descartes o Plantón observando las graves consecuencias que ocasiona una
simple suma de palabras.
Pablo O.
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